Marco para la buena enseñanza
Fecha: 19 de Noviembre 2005
Para llegar a ser un buen profesor, un docente de alta calidad, que pueda lograr la superación de sus alumnos, etc. es necesario guiarse por un conducto que regule la labor de la profesión docente. Para ello, el Ministerio de Educación, la Asociación Chilena de Municipalidades y el Colegio de Profesores de Chile han creado un instrumento teniendo en vista la experiencia nacional e internacional sobre criterios acerca del desempeño profesional de docentes en los sistemas escolares. A esto se le llamó “Marco para la buena enseñanza”.
Este marco se caracteriza por la formación de docentes comprometidos con la formación de sus estudiantes, representando todas las responsabilidades de un profesor en el desarrollo de su trabajo diario.
Los docentes deben enfocar sus esfuerzos de mejoramiento, asumir la riqueza de la profesión docente, mirarse a sí mismos, evaluar su desempeño y potenciar su desarrollo profesional.
El hilo unificador que recorre todo el marco consiste en involucrar a todos los alumnos en el aprendizaje de contenidos importantes.
¿Qué es necesario saber? ¿Qué es necesario saber hacer? Y ¿Cuán bien se debe hacer? O ¿Cuán bien se esta haciendo? Son las preguntas que recorren el conjunto del marco, que se divide en cuatro dominios que son:
A. Preparación de la enseñanza.
B. Creación de un ambiente propicio para el aprendizaje.
C. Enseñanza para el aprendizaje de todos los estudiantes.
D. Responsabilidades profesionales.
Cada uno de estos se divide en criterios que van de acuerdo a cada dominio y que hacen más específico el contenido del marco.
El dominio A busca que el profesor domine el marco curricular nacional, es decir, los objetivos de aprendizaje y contenidos establecidos por el marco que son los conocimientos, habilidades, competencias, actitudes y valores que sus alumnos requieren alcanzar parta desenvolverse en la sociedad actual. Por esto el profesor debe tener un profundo conocimiento y comprensión de las disciplinas que enseña.
Además deben darse cuanta que ellos enseñan a alumnos determinados y en contextos específicos, cuyas condiciones y particularidades deben ser consideradas al momento de diseñar las actividades de enseñanza.
Los desempeños del docente en este dominio se demuestran a través de las planificaciones y en los efectos de estas en el desarrollo del proceso de enseñanza y de aprendizaje en el aula.
El dominio B se refiere al ambiente y clima que genera el docente en el cual tienen lugar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Se destaca el carácter de las interacciones que ocurren en el aula, tanto entre docentes y estudiantes como de los estudiantes entre sí. Los aprendizajes son favorecidos cuando ocurren en un clima de confianza, aceptación, equidad y respeto entre las personas y cuando se establecen y mantienen normas constructivas de comportamiento.
Las habilidades involucradas en este dominio se demuestran en la existencia de un ambiente estimulante y un profundo compromiso del profesor con los aprendizajes y el desarrollo de sus estudiantes.
El dominio C se basa en que el profesor debe generar oportunidades de aprendizaje y desarrollo para todos sus estudiantes. Se ven las habilidades del profesor para organizar situaciones interesantes y productivas, que consideren los saberes e intereses del estudiante y proporcionarles recursos adecuados y apoyos pertinentes.
El profesor debe involucrarse como persona y compartir con los estudiantes los objetivos de aprendizaje y los procedimientos que se pondrán en juego.
Dentro de este dominio se destaca la necesidad de que el profesor monitoree en forma permanente los aprendizajes, con el fin de retroalimentar sus propias prácticas, adecuándolas a las necesidades detectadas en sus alumnos.
El dominio D lo componen las responsabilidades profesionales del profesor en cuanto su principal propósito y compromiso es contribuir a que todos los alumnos aprendan.
Esto implica la conciencia del docente sobre las propias necesidades de aprendizaje, así como su compromiso y participación en el proyecto educativo del establecimiento y en las políticas nacionales de educación.
Debe evaluar sus procesos de aprendizaje con el fin de comprenderlos, descubrir sus dificultades, ayudarlos a superarlas y considerar el efecto que ejercen sus propias estrategias de trabajo. Debe, además, formar parte constructiva del entorno donde trabaja, compartir a prender de sus colegas: sentirse un aprendiz permanente y un integrante del sistema nacional de educación.
Niveles de desempeño por descriptores
Para apreciar con mayor exactitud cuál es el nivel de desempeño alcanzado por los docentes, se requiere de patrones de comparación que permitan determinar en qué grado cada criterio específico ha sido logrado.
Los niveles de desempeño son útiles para orientar al docente sobre lo que se espera de él y para permitir su propia autoevaluación a partir de criterios compartidos por todos.
Se considerara la comprensión del docente de los supuestos subyacentes relativos al descriptor, su pericia en la puesta en práctica del descriptor, el impacto de la aplicación del descriptor en los aprendizajes de los estudiantes, el compromiso de los estudiantes y de la comunidad educativa en la aplicación del descriptor.
Su consideración obliga a tomar en cuenta orientaciones de particular relevancia relativas al mejoramiento de los aprendizajes de los alumnos, como son el dominio profundo del profesor del cuerpo específico de conocimientos que conforman el núcleo de la profesión docente y de la disciplina que enseña; el dominio de las competencias y habilidades necesarias para poner en práctica dichos conocimientos en el aula; la capacidad de orientar sus saberes al mejoramiento de los aprendizajes de sus alumnos; y su capacidad para involucrar a alumnos y padres con el proceso de aprendizaje.
Para llegar a ser un buen profesor, un docente de alta calidad, que pueda lograr la superación de sus alumnos, etc. es necesario guiarse por un conducto que regule la labor de la profesión docente. Para ello, el Ministerio de Educación, la Asociación Chilena de Municipalidades y el Colegio de Profesores de Chile han creado un instrumento teniendo en vista la experiencia nacional e internacional sobre criterios acerca del desempeño profesional de docentes en los sistemas escolares. A esto se le llamó “Marco para la buena enseñanza”.
Este marco se caracteriza por la formación de docentes comprometidos con la formación de sus estudiantes, representando todas las responsabilidades de un profesor en el desarrollo de su trabajo diario.
Los docentes deben enfocar sus esfuerzos de mejoramiento, asumir la riqueza de la profesión docente, mirarse a sí mismos, evaluar su desempeño y potenciar su desarrollo profesional.
El hilo unificador que recorre todo el marco consiste en involucrar a todos los alumnos en el aprendizaje de contenidos importantes.
¿Qué es necesario saber? ¿Qué es necesario saber hacer? Y ¿Cuán bien se debe hacer? O ¿Cuán bien se esta haciendo? Son las preguntas que recorren el conjunto del marco, que se divide en cuatro dominios que son:
A. Preparación de la enseñanza.
B. Creación de un ambiente propicio para el aprendizaje.
C. Enseñanza para el aprendizaje de todos los estudiantes.
D. Responsabilidades profesionales.
Cada uno de estos se divide en criterios que van de acuerdo a cada dominio y que hacen más específico el contenido del marco.
El dominio A busca que el profesor domine el marco curricular nacional, es decir, los objetivos de aprendizaje y contenidos establecidos por el marco que son los conocimientos, habilidades, competencias, actitudes y valores que sus alumnos requieren alcanzar parta desenvolverse en la sociedad actual. Por esto el profesor debe tener un profundo conocimiento y comprensión de las disciplinas que enseña.
Además deben darse cuanta que ellos enseñan a alumnos determinados y en contextos específicos, cuyas condiciones y particularidades deben ser consideradas al momento de diseñar las actividades de enseñanza.
Los desempeños del docente en este dominio se demuestran a través de las planificaciones y en los efectos de estas en el desarrollo del proceso de enseñanza y de aprendizaje en el aula.
El dominio B se refiere al ambiente y clima que genera el docente en el cual tienen lugar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Se destaca el carácter de las interacciones que ocurren en el aula, tanto entre docentes y estudiantes como de los estudiantes entre sí. Los aprendizajes son favorecidos cuando ocurren en un clima de confianza, aceptación, equidad y respeto entre las personas y cuando se establecen y mantienen normas constructivas de comportamiento.
Las habilidades involucradas en este dominio se demuestran en la existencia de un ambiente estimulante y un profundo compromiso del profesor con los aprendizajes y el desarrollo de sus estudiantes.
El dominio C se basa en que el profesor debe generar oportunidades de aprendizaje y desarrollo para todos sus estudiantes. Se ven las habilidades del profesor para organizar situaciones interesantes y productivas, que consideren los saberes e intereses del estudiante y proporcionarles recursos adecuados y apoyos pertinentes.
El profesor debe involucrarse como persona y compartir con los estudiantes los objetivos de aprendizaje y los procedimientos que se pondrán en juego.
Dentro de este dominio se destaca la necesidad de que el profesor monitoree en forma permanente los aprendizajes, con el fin de retroalimentar sus propias prácticas, adecuándolas a las necesidades detectadas en sus alumnos.
El dominio D lo componen las responsabilidades profesionales del profesor en cuanto su principal propósito y compromiso es contribuir a que todos los alumnos aprendan.
Esto implica la conciencia del docente sobre las propias necesidades de aprendizaje, así como su compromiso y participación en el proyecto educativo del establecimiento y en las políticas nacionales de educación.
Debe evaluar sus procesos de aprendizaje con el fin de comprenderlos, descubrir sus dificultades, ayudarlos a superarlas y considerar el efecto que ejercen sus propias estrategias de trabajo. Debe, además, formar parte constructiva del entorno donde trabaja, compartir a prender de sus colegas: sentirse un aprendiz permanente y un integrante del sistema nacional de educación.
Niveles de desempeño por descriptores
Para apreciar con mayor exactitud cuál es el nivel de desempeño alcanzado por los docentes, se requiere de patrones de comparación que permitan determinar en qué grado cada criterio específico ha sido logrado.
Los niveles de desempeño son útiles para orientar al docente sobre lo que se espera de él y para permitir su propia autoevaluación a partir de criterios compartidos por todos.
Se considerara la comprensión del docente de los supuestos subyacentes relativos al descriptor, su pericia en la puesta en práctica del descriptor, el impacto de la aplicación del descriptor en los aprendizajes de los estudiantes, el compromiso de los estudiantes y de la comunidad educativa en la aplicación del descriptor.
Su consideración obliga a tomar en cuenta orientaciones de particular relevancia relativas al mejoramiento de los aprendizajes de los alumnos, como son el dominio profundo del profesor del cuerpo específico de conocimientos que conforman el núcleo de la profesión docente y de la disciplina que enseña; el dominio de las competencias y habilidades necesarias para poner en práctica dichos conocimientos en el aula; la capacidad de orientar sus saberes al mejoramiento de los aprendizajes de sus alumnos; y su capacidad para involucrar a alumnos y padres con el proceso de aprendizaje.
DE Paula at 2:23 p. m. | 153 comments